Mtra. Claudia Verónica Sánchez Gasca.
Psicoterapeuta Gestalt
Móvil: 55 3979-3600
E-mail: maestrasanchezågmail.com
No soy la única, pero aun así soy alguien. No puedo hacer todo, pero aun así puedo hacer algo. Y justo porque no lo puedo hacer todo; no renunciaré a hacer lo que sí puedo.
Hellen Keller.
Todos deseamos que nuestros hijos al nacer estén sanos. Es lo único que importa cuando estamos en espera de ellos. Incluso, hasta hay una frase muy usual que se dice cuando le preguntamos a los padres embarazados: “¿Qué es niño o niña?” Y la respuesta más común es: “No importa que sea, mientras venga bien”. Y es que, ya desde antes de que nazca el bebé se tienen expectativas sobre los hijos, por ejemplo: seguro cuando nazca gateará, dará sus primeros pasos, correrá, andará en bici, cantará, será un profesionista etc., etc. Sueños y sueños para nuestros pequeños.
Pero la vida no es tan perfecta. Y eso también lo saben los padres. Desde el momento que se embarazan saben que existe un riesgo o una posibilidad de que su hijo nazca con un síndrome o algún tipo de discapacidad. Los factores pueden ser diversos, una cuestión genética, por herencia, malos cuidados en el embarazo, consumo de sustancias, o medicamentos no adecuados. Solo que este conocimiento lo omitimos o la negamos con la finalidad de que quizá, de esta manera, no suceda.
Es un tema que asusta a los padres, ya que no se espera tener un hijo discapacitado; sino uno como la mayoría, un bebé sano como todos los demás. Ningún padre está preparado para recibir a un niño con discapacidad, mucho menos para saber cómo afrontarlo.
Por eso creo que un hijo con discapacidad o, sin ella, es un “hijo”, y en ambas circunstancias se requiere de un gran esfuerzo para educarlo, de una gran responsabilidad para cuidarlo y que se desarrolle lo mejor posible para que sea feliz, esté sano y sea exitoso. Criar a un niño, no es tarea fácil.
A veces, el pensar que porque nuestros hijos nacen sin discapacidad no tendremos la misma responsabilidad, puede ser un error. Por ejemplo, hay padres que recibieron a sus hijos sanos, con todas sus capacidades intelectuales y físicas, sin embargo, un descuido, una mala educación, falta de cuidados, amor o atención, puede llevar a un niño sano a no serlo; y a desarrollar en el trascurso de su vida una enfermedad mental: depresión, problemas de aprendizaje, problemas de conducta, baja autoestima, neurosis. Esto también los incapacita para poder ser niños felices, sanos y exitosos.
Por eso pienso que los padres que se enfrentan a bebés con discapacidad no tienen porque sentirse diferentes a otros padres, tienen el mismo reto de sacar adelante a su hijo. Ya que nada garantiza que un niño sin discapacidad no desarrolle una en el trascurso de su vida, y tampoco nada garantiza que un niño discapacitado logre ser un niño sano, feliz y exitoso. Ejemplos también hay muchos sobre niños que han salido adelante y han logrado tener una buena vida a pesar de sus limitantes.
Algunas reflexiones
- Recibe a tu hijo con amor. El amor es un sentimiento que todo lo cura.
- Sé padre o madre antes que otra cosa. Tienes un gran reto, saca adelante a tu hijo, al igual que cualquier padre.
- Acéptalo como tu hijo.
- Vive tu vida. No tiene porque cambiar en mucho.
- Sigue con tus planes y tus sueños.
- Si es necesario, adecua los sueños de tu hijo.
- Sé feliz.