Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una efeméride impulsada por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH) con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El propósito de esta fecha es visibilizar el trastorno mental más grave que están padeciendo los miembros de la sociedad global, para generar un conjunto de estrategias que sirvan de apoyo a estas personas y les permita sobrellevar su enfermedad o curarse definitivamente.
Con la situación sanitaria que se está viviendo desde fines del año pasado, las personas han tenido que cambiar sus hábitos de vida familiar, escolar, laboral, afectiva y social; lo que ha provocado que tengan que desarrollar todas sus actividades acostumbradas desde su hogar.
El estilo y ritmo de vida se ha convertido en una monotonía al interior de las familias, estar de frente por más tiempo del acostumbrado, o bien, ante la imposibilidad de poder salir a realizar compras, trámites o simplemente a caminar o ejercitarse ha estado desencadenando entre las personas algunas conductas que pueden ser negativas e incluso patologías mentales y físicas. Aquí se mencionan algunas de ellas:
- Aumento de la violencia intrafamiliar, alcoholismo y tabaquismo.
- Los hábitos de higiene, en algunas ocasiones, se ha exacerbado para bien o para mal. Por ejemplo, seguir las indicaciones sanitarias en extremo o, en caso contrario, el descuido del aseo personal.
- Sedentarismo, favoreciendo una condición física deteriorada.
- Alimentación inadecuada, condición que pone en desventaja a las personas, ya que los malos hábitos en la dieta provocan que el sistema inmune se debilite.
- Alteración del ciclo de sueño-vigilia por el estrés.
- La infoxicación, que es la información excesiva y a veces contradictoria, falsa o alarmante.
- Falta de movimiento corporal, ya que se tiene que trabajar o estudiar desde casa por estar en una posición no libremente escogida o sentado una mayor cantidad de tiempo.
- Se ha manifestado un considerable aumento de síntomas depresivos y ansiosos, hay casos más graves que desarrollan pánico.
¿Qué pasará cuándo se alcance la “nueva normalidad”?
Habrá muchos casos clínicos característicos del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), el trastorno por estrés postraumático, fobias -incluyendo la social- Por ejemplo, cuando alguien estornude o escupa, los demás tendrán en mente que se encuentran en situación de peligro de contagio. Se puede llegar a la conducta extrema suicida, principalmente en adolescentes.
Una vez que se empiezan a flexibilizar las medidas de confinamiento voluntario, las personas han querido retomar sus rutinas normales y empiezan a confiarse y olvidarse que la situación aún no se ha superado, trayendo consigo el riesgo de que se incremente el contagio y el confinamiento se prolongue. La muerte de familiares por la pandemia, es un factor que conduce a la presencia de una mayor cantidad de personas con secuelas emocionales y físicas.
Síndrome de la cabaña
Cuando la “nueva normalidad” sea un hecho, se puede presentar el síndrome de la cabaña, que consiste en que las personas, ante el miedo o ideación repetitiva de contagiarse, optan por la reclusión como forma de vida deseada ante la percepción de seguridad que implica.
Si consideras que estas viviendo alguna de estas situaciones, busca ayuda con los profesionales de la salud mental para que te brinden el apoyo que necesitas y logres transitar hacia una mejor adaptación para regresar a la “nueva normalidad”.