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Desarrolla el coeficiente intelectual en los niños

 Dr. Roberto Miranda Camacho, Psiquiatra

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E-mail: rrrmirandaayahoo.com

El cerebro posee una capacidad de aprendizaje que con los elementos apropiados podrían estimular la neuroplasticidad del niño, a fin de mejorar su coeficiente intelectual. Hay que considerar que cada niño es único y lo mejor es fijarse en las aptitudes que marcan las diferencias y, a partir de ahí, incentivar y fomentar el máximo rendimiento de las capacidades individuales.

De acuerdo con especialistas, la herencia genética determina el 80% de las diferencias en el grado de inteligencia humana. Sin embargo, en cada generación se presentan mejores resultados en las pruebas de inteligencia que la anterior, lo que señala que hay factores del entorno que influyen, como los ambientales, alimenticios, psicológicos, hábitos, estilos de vida y la presencia de los padres.

Está comprobado que los niños que crecen en hogares donde la alimentación balanceada, la conversación, la lectura, la música y la actividad física están presentes, tienden a tener un coeficiente intelectual más alto y mejores resultados futuros en su vida académica. A los niños que se les deja solos delante de la televisión o jugando con videojuegos sin compañía, no consiguen tan buenos resultados como los que interactúan con mayor intensidad con el resto de la familia o con amigos y conocidos.

LA ALIMENTACIÓN ES CLAVE

Una alimentación sana y balanceada desde la gestación favorece el desarrollo cerebral y continúa durante la lactancia, especialmente si la madre sigue rigurosamente las recomendaciones sobre el consumo de vitaminas y minerales, sobre todo, ácido fólico, hierro, yodo, zinc, magnesio, calcio y vitaminas del complejo B.

Al finalizar la lactancia, los niños deben ingerir todos los nutrientes necesarios y en dosis suficientes, principalmente de alimentos naturales sustanciosos como frutas, verduras, pescados, carnes magras, lácteos, huevos, legumbres, cereales integrales, etc. Se deben evitar los alimentos chatarra, harinas y azúcares refinados (debido a esta razón, México ocupa el primer lugar mundial en casos de obesidad infantil).

LAS EXPERIENCIAS SON IMPORTANTES

Si un niño en etapa preescolar juega con tierra o con lodo solo o acompañado, está aprendiendo lo que tiene que aprender en esa etapa. Si un chico llega a casa agotado porque ha practicado intensamente un deporte, está haciendo lo que se espera que haga un chico de su edad. Sin embargo, los padres deben tener cuidado en no intentar forzar a los niños a que adopten las mismas aficiones que ellos. Para desarrollar la inteligencia, no hay que menospreciar la ambición, el coraje, el tesón y el amor propio del niño, que son elementos valiosísimos para el aprendizaje. La realidad es que pocas personas llegan a desarrollar todo su potencial y muchas ni siquiera llegan a saber que lo tienen.

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Otro aspecto que es fundamental para un buen desarrollo es la inteligencia emocional. Este término se refiere a la capacidad de abordar nuestras propias emociones positivas y negativas, respetando a las de los demás.

Ayuda a tu hijo a reconocer sus sentimientos y lo que ello conlleva. Por ejemplo: “Se te ha roto el juguete, es un juguete que te gusta mucho y es normal sentirse triste y enfadado. Pero si estás mucho tiempo así no vas a poder disfrutar de los otros juguetes que tienes”. Tus palabras tienen un gran poder en ellos.

Un niño inteligente debe asumir responsabilidades acordes a su edad, es muy beneficioso para el desarrollo de su independencia, capacidad de resolución de problemas y elevar su autoestima.