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Estoy cansado de luchar

Dra. Hanae Beltrán Nishizawa

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Estoy cansado de luchar

El suicidio es una palabra que se asocia a una situación grave, difícil, llena de culpa, permanente incredulidad, genera angustia y que, en ningún momento, nadie quiere pasar o estar cerca de alguna persona que lo intente.

Entonces si es una situación tan inconveniente, cuál sería la respuesta de por qué los números siguen en aumento a una velocidad incalculable. Según la Organización Mundial de la Salud los suicidios cobran un costo muy alto, más de 800,000 personas mueren cada año por suicidio, y esta es la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 a 29 años. Hay indicios de que, por cada adulto que se suicidó, posiblemente más de otros 20 intentaron suicidarse.

Expongamos algunas ideas sobre este tema tan incómodo, con la intención de poder darle luz, es decir, ponerlo en la mesa de cualquier familia mexicana a fin de que el conocimiento sobre el tema funja como una estrategia de prevención.

Y bien, cómo lo podemos definir: es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. La segunda pregunta que seguro ha llegado a tu mente sería ¿por qué alguien con una familia, una vida que transitar y muchos objetivos por realizar tomaría esta decisión? La respuesta es compleja y multicausal, desde la descomposición del entorno social, los puntos de vista religiosos y espirituales, la relación excesiva o insuficiente del individuo con la sociedad, pero, sobre todo, yo acentuaría los tipos de personalidad, sus estrategias de afrontamiento ante un suceso conflictivo en su historia de vida y si existe alguna enfermedad mental no tratada.

Hoy en día, aquella persona que experimente ideación suicida tenderá a retraerse y a sentirse débil, incapaz de enfrentarse a las problemáticas o incluso egoísta, lo cual da como resultado que, en lugar de buscar ayuda, los pensamientos se conviertan en un túnel sin salida, justo por el estigma que se tiene respecto de las enfermedades psiquiátricas y, por supuesto, al propio concepto del suicidio.

Si a eso incrementamos lo que la sociedad pensará de los integrantes de una familia donde se haya presentado un evento suicida y lo que las diferentes ideologías religiosas opinan, aunado a la condición cultural de cada sujeto, nos da como resultado el terrible flagelo que hoy se vive, incluso ya como un problema de salud pública.

¿Qué podemos hacer?

Lo primero es saber que el suicidio se puede prevenir a través de la educación, cambio de paradigmas culturales, un nuevo planteamiento cultural y, sobre todo, mayor atención de enfermedades psiquiátricas y un mejor manejo en el control de las adicciones.

Algunas ideas importantes que deben conocerse:

  • Los intentos suicidas NO son maneras de llamar la atención. Se ha encontrado en diferentes investigaciones que las personas dieron aviso previo al evento suicida.
  • Las personas suicidas NO son cobardes ni valientes, sólo son personas que sufren.
  • Generalmente la persona suicida revela a sus esferas más cercanas su intención de terminar con la vida.
  • Los familiares o seres querido NO son los culpables de la decisión final de la persona suicida.
  • Las mayorías de las personas suicidad no quieren dejar de vivir, sino que el sufrimiento termine.
  • El apego al tratamiento para diagnósticos de enfermedades mentales puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA PREVENIR EL SUICIDIO SON:

  1. Es importante restringir el acceso a los medios más comunes para suicidarse (medicamentos, productos de limpieza, armas, cuerdas, etc.).
  2. Poner especial atención al tratamiento en personas con algún diagnóstico psiquiátrico.
  3. Prevenir cualquier tipo de adicción.
  4. Enseñar desde niños estrategias de afrontamiento que no sean blanco o negro; mostrar las escalas de grises que te pueden servir ante las decisiones más importantes de la vida.
  5. Si se tiene algún problema emocional o de conducta que esté rebasando debe buscarse de inmediato atención psicológica y, si es necesario, psiquiátrica.
  6. Cuidar los contenidos que se consumen a través de las redes sociales.
  7. Construir un autoconcepto

Por último, es importante que los individuos vulnerables busquen apoyo experto y le den seguimiento. Debemos luchar contra la estigmatización y apoyar a quienes han perdido seres queridos por suicidio. No es un tema de culpas sino de atención oportuna y eficaz y digna.

Porque el dolor no tiene horarios, 24 horas los 365 días del año.