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¿Qué significa tener matriz infantil?

Las mujeres embarazadas con matriz infantil deben seguir un estricto control médico durante toda la gestación para no correr riesgos y poder dar a luz a un bebé sano.

Se calcula que tan solo un 15% de las mujeres con matriz o útero infantil tendrán problemas para quedar embarazadas. Sin embargo, el problema está en llevar el embarazo a término ya que, a medida que el feto crece, puede haber rotura de tejidos, lo cual puede derivar en aborto. En caso de ser un embarazo evolutivo, es considerado de alto riesgo y es necesario un estricto control médico.

El útero infantil es una malformación que consiste en el desarrollo insuficiente del órgano reproductor encargado de gestar: el útero.
Esta alteración también es conocida como hipoplasia uterina o útero hipoplásico debido a la falta de madurez que éste presenta.

La patología de la matriz infantil será más o menos grave en función del momento en que el útero dejó de crecer y de sus medidas.

Útero normal: las medidas aproximadas en una mujer adulta son de 7 cm x 5 cm x 3 cm, aunque existen variaciones si la mujer ya ha dado a luz.

Útero fetal o hipoplasia embrionaria: el crecimiento del útero se detiene justo después del nacimiento y, por tanto, sus medidas no alcanzan los 4 cm. Las mujeres con úteros tan pequeños presentan amenorrea e infertilidad, ya que no serán capaces de mantener una gestación.

Útero infantil o adolescente: el crecimiento del útero se detiene en la infancia y puede llegar a medir unos 5 cm. En este caso, sí es posible concebir, pero el embarazo será considerado de alto riesgo por la alta probabilidad de aborto y parto prematuro.

¿Por qué sucede?

• Desnutrición a lo largo de la vida de la mujer.
• Antecedentes familiares.
• Abortos espontáneos que deforman el útero.
• Infecciones, tóxicos o traumatismos en el útero.
• Tumores del hipotálamo, hipófisis o de ovarios.
• Enfermedades infecciosas crónicas.
• Alcohol, tabaco y otras drogas.

Diagnóstico

En la primera visita ginecológica se toman las medidas del útero mediante ecografía y un análisis hormonal. Con ambos resultados, se puede diagnosticar si una mujer presenta un útero infantil o inmaduro.
En otros casos, la hipoplasia uterina se descubre más tarde, cuando la mujer no es capaz de concebir o presenta abortos recurrentes.
El ginecólogo también puede valorar la posibilidad de hacer una histeroscopia con el fin de observar el interior uterino y hacer un diagnóstico más concluyente.

¿Es posible el embarazo?

La posibilidad de llevar un embarazo a término va a depender, en primer lugar, de las dimensiones del útero y, por otra parte, del grado de madurez de los tejidos uterinos.
En principio, la funcionalidad de los tejidos uterinos puede conseguirse con el tratamiento hormonal adecuado, a base de estrógenos y progesterona. De esta manera, se consigue el crecimiento y la maduración del endometrio (capa interior del útero).
Sin embargo, aunque se consiga la gestación de forma natural con o sin tratamiento hormonal, este embarazo se considera de alto riesgo debido al poco espacio de la cavidad uterina para permitir el crecimiento del bebé.

Las posibles complicaciones que pueden surgir durante todo el embarazo y/o el parto son las siguientes:

• Abortos espontáneos.
• Parto prematuro.
• Parto por cesárea.

No existe ningún tratamiento efectivo para que el útero consiga el tamaño adecuado, ni siquiera la cirugía. Lo único que pueden hacer estas mujeres para poder tener un hijo es seguir una terapia hormonal, una dieta equilibrada y mucho reposo durante el embarazo para disminuir el riesgo de aborto.