La salud de los dientes depende de sus cuidados, limpieza constante y visitas periódicas al dentista.
Se dice que la sonrisa es un idioma universal… Genera una fuerza vital… Brinda confianza… Enriquece a quien la recibe sin empobrecer a quien la ofrece… Su recuerdo, a veces, nunca se borra…
¿Sabías que la sonrisa se conforma del movimiento de aproximadamente 15 músculos de la cara, donde los dientes son los protagonistas? De ahí su importancia, ya que muchas veces son los que captan la mirada de quien la recibe.
El color de nuestros dientes está determinado por las características de los tejidos que lo conforman, generalmente los más externos. Existe un amplio abanico de tonos generados principalmente por los colores gris, amarillo, rojo y marrón que, al mezclarse, forman más de 40 tonos distintos.
La dentina, un tejido amarillento y opaco, es el que provee el tono; y el esmalte, la luminosidad o brillo. Al ser casi transparente, aporta lo blanco que se puede ver en el diente. Y todo esto está determinado principalmente por la genética de cada individuo.
Mitos sobre el blanqueamiento de los dientes
Los medios audiovisuales, así como la publicidad a la que estamos expuestos, han influido para que la población se preocupe más por tener más blancos los dientes, lo que ha provocado que se busquen variedad de alternativas para lograrlo. Sin embargo, muchas de estas opciones no son las indicadas para lograr que nuestros dientes luzcan blancos y brillantes.
Por ejemplo, el jugo de limón, bicarbonato de sodio, vinagre de manzana, aceite de coco, carbón y cáscara de plátano, son sustancias que provocan un desgaste del esmalte, y aunque en un principio los dientes se verán más blancos, con el tiempo se volverán más opacos y débiles, provocando incidencia de caries, sensibilidad y daño a tus órganos dentales.
Existen motivos por los cuales los dientes cambian de color o se manchan, y un blanqueamiento como tal, no podría aclararlos. En muchos casos se requieren tratamientos diversos para lograrlo. Los más comunes son:
- Hipoplasia del esmalte: zonas blanquecinas en los dientes.
- Fluorosis: dientes amarillos o marrones provocado por el exceso de flúor en el agua.
- Traumatismo/ necrosis pulpar: el diente va oscureciéndose con el paso de los años.
- Ingesta de tetraciclina: este antibiótico genera un tono grisáceo en los dientes.
Recomendaciones para lucir unos dientes más blancos
- Cepíllate los dientes inmediatamente después de consumir alimentos que pudieran mancharlos como el vino tinto, café, jugos, té, refrescos y algunas salsas, así como el fumar.
- Cambia tu cepillo aproximadamente cada tres meses y usa hilo dental.
- Limpia tu lengua, utilizando algún “rastrillo de lengua” o el cepillo, para eliminar la placa junto con resto de alimento que pudieran manchar los dientes.
- Consume alimentos “detergente”, como son zanahorias, manzanas, apio, jícamas, etc.
- En caso de no poder lavarte los dientes, existen en el mercado chicles con xilitol, que ayudan a prevenir las caries hasta cierto punto, así como a mantener los dientes limpios sin el exceso de azúcar que los chicles comúnmente contienen.
- Utiliza alguna pasta con blanqueamiento. En muchos de los casos ayudará a blanquearlos, pero al ser de uso doméstico, las concentraciones del blanqueamiento son muy reducidas, por lo que mucha gente no verá resultados.
Asiste con tu dentista para que te brinde opciones de cuál es el blanqueamiento ideal para ti, basado en el tipo de esmalte, color natural de tus dientes, pruebas de sensibilidad, etc., y de esta manera, lograr el aclarado de tonos que sea posible.